En Ucrania, todavía es hora de hacer balance. Varias ciudades que llevan un mes bajo ocupación rusa aún no han sido inspeccionadas. Este mismo fin de semana se han encontrado cadáveres en coches aplastados por tanques a unos 30 kilómetros al oeste de Kiev.
En total, se han abierto 5.600 investigaciones sobre crímenes de guerra. Así, más allá de las muertes, los supervivientes relatan escenas de humillación colectiva, como si los rusos hubieran querido mostrar su superioridad. Por eso las autoridades ucranianas utilizan ahora el término genocidio para describir las masacres cometidas por el ejército ruso en la región de Boutcha.
Una batalla muy dura por delante
La guerra no ha terminado. Más al este ahora, el ejército ruso se prepara para lanzar su segunda fase en el Donbass. ¿Cuándo empezará? Los servicios de inteligencia creen que ahora es cuestión de horas. En los últimos dos días, el ejército ha consolidado sus posiciones en el este.
Se han cavado nuevas trincheras, se han minado los bordes de las carreteras y se han colocado obstáculos antitanque en rutas estratégicas. Todo el mundo espera una batalla muy dura aquí, porque Vladimir Putin necesita una victoria militar.
Pero los ucranianos están galvanizados tras la retirada rusa del norte. Algunos incluso creen que el ejército ucraniano es capaz de expulsar al invasor del país.