El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Boris Johnson, acordaron este domingo trabajar en «medidas prácticas» en los «muy próximos días» para promover «una desescalada» en el conflicto pesquero entre Francia y el Reino Unido, anunció el Elíseo. El objetivo es que «se tomen medidas prácticas y operativas lo antes posible para evitar un aumento de la tensión», explicó la Presidencia francesa tras una reunión entre los dos dirigentes en Roma. El martes se revisará la aplicación o no de las medidas de represalia por parte de París, dijo la misma fuente.
El conflicto afecta a «unas pocas docenas de barcos», por lo que «es perfectamente posible» llegar a una solución, dijo. Francia ha criticado al Reino Unido por conceder muy pocas licencias post-Brexit a sus pescadores en aguas británicas. Ha prometido prohibir a los buques pesqueros británicos que desembarquen sus cargamentos en los puertos franceses el martes e intensificar los controles aduaneros de los camiones si la situación no mejora. Lejos de calmarse antes del G20, las tensiones volvieron a aumentar el viernes con la amenaza de Londres de aplicar «controles rigurosos» a los barcos europeos que desoven en sus aguas si París cumple sus amenazas.
«Un mensaje de exigencia, seriedad y respeto»
Durante la reunión de trabajo, que duró casi media hora, Emmanuel Macron «quiso transmitir» a Boris Johnson «un mensaje de exigencia, seriedad y respeto hacia un gran socio de Francia», según el Elíseo, mientras que la parte británica no había comunicado sobre el encuentro a última hora de la mañana. «Esperamos que [le Royaume-Uni] respeta las reglas del juego y su firma» del acuerdo del Brexit, añadió la Presidencia. «Aunque Boris Johnson siga tratando de hacer de esto un asunto franco-británico, son asuntos post-Brexit que se tratan entre la UE y el Reino Unido», dijo.
Al margen del G20, Boris Johnson se quejó el sábado ante la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, de las amenazas «completamente injustificadas» de París, y dijo que Londres estaba considerando «activamente» una herramienta de resolución de conflictos en el acuerdo post-Brexit con la UE por primera vez.