Es una frase que nos meten constantemente en la cabeza: «Evita comer demasiada grasa, demasiado azúcar y demasiada sal». Y por una buena razón: ingerida en cantidades excesivas, la sal tiene efectos perjudiciales para la salud. De hecho, la OMS recomienda no superar los 5 gramos al día. Para conseguirlo, puede pensar que lo más fácil es mirar las etiquetas de los productos que acaban en su carrito de la compra. Sin embargo, hay que tener cuidado.
La diferencia entre sodio y sal
En un momento en el que cada vez más franceses prestan atención a lo que ponen en sus platos, algunos fabricantes han encontrado la manera de que sus productos parezcan menos salados. En lugar de «sal», la etiqueta menciona «sodio». Y esto lo cambia todo, ya que el sodio es sólo un componente de la sal, al igual que el calcio o el magnesio.
«Hay toda una trampa y creo que hay que avanzar en este sentido», confirma a Europe 1 el doctor Arnaud Cocaul, nutricionista en París. «Cuando se ve ‘sodio’ en una etiqueta, hay que multiplicar la cantidad indicada por 2,4 para obtener el contenido real de sal» del alimento en cuestión.
Y para vigilar la ingesta de sal una vez en la cocina, el especialista pide un «reloj de sal» en Bien por ti para «rehabilitar todas las hierbas y especias, como la pimienta, la salvia, la albahaca, la cúrcuma o el jengibre». Es una oportunidad para descubrir nuevos sabores y ser creativo en la cocina, sin los efectos nocivos de la sal.